Julia Navarrete

En su artículo sobre la exposición “Intersticios” del 2015 en la galería de arte Lucía de la Puente para El Comercio, define a Julia Navarrete como una de las artistas peruanas más serias y sólidas de su generación, considerando, además, que se trata de una generación visiblemente dominada por figuras masculinas, y que esto es algo digno de destacarse.

Considera a Julia Navarrete como una de las artistas de mayor trascendencia y sobresalientes del arte peruano contemporáneo, además menciona “su rigor, su acertada precisión, le sirven para crear estructuras que se confrontan con el espacio en las que dibuja los rastros del vuelo de su imaginación”. (Foto: Víctor Ch. Vargas)

Ella entraba a clases y todos nos poníamos a trabajar. Iba pasando mesa tras mesa mientras revisaba cada composición. Un aire de rectitud y seriedad la envolvía con un aura superior. Con los años supe que esa energía que desprendía era pura pasión en todo lo que hacia. Pasión al enseñar, al montar las exposiciones finales y especialmente al pintar. Su pintura desde su época expresionista hasta la exacta geometrización son la prueba de ello. Hay personas que te obsequian algo invalorable en la vida. Ella me enseñó a tener una mirada crítica y balanceada en la imagen. También me enseñó que las cosas hechas sin pasión ni entrega eran inútiles y efímeras. Que el cuadro al final es solo contemplación y lo más importante es la vida entregada en el proceso. Por eso y por muchísimos aprendizajes más mi agradecimiento a Julia Navarrete, mi maestra.

Profesora, maestra y amiga, hablante, consejera y mediadora que sabes que la creación existe, que el sudor existe, y que por ende no estamos solos. Con tu presencia antes de tu palabra, con tus palabras iniciales, con tus palabras-resonancia, tus palabras-fuerza, tus palabras-verbo, contigo dentro y fuera del aula, asumimos mejor la responsabilidad de nuestra vocación y nuestras propias líneas de acción, sabiendo que no existe una sola. Que no existe ni uno ni una que no erre. Que cada uno está dotado de veladuras singulares, que solo vive entre nosotros la seguridad de lo cambiante.

Nos acompañas con coraje de viajera capaz de contemplar los abismos, arropada de tus propias alas y sin prolongar la espera de tus desafíos. Forjamos contigo esa patria inmaterial donde se ubica el lugar del canto, geografía donde yace efervescente el alma, donde discurre secreto el silencio congelado detrás de la ventana de un instante sin tiempo convertido en obra. Agradecidos como yo aparecerán muchos y muchas al encuentro de ese gran cuadro que te perfila como artista y persona de noble visión y “com-pasión”. (Foto: M. Isabel Guerra)